De las vicisitudes de la vida...
Nada. Sólo que a veces la vida se llena de sucesos sorpresivos y en cadena. Unos más sorpresivos que otros, por cierto; pero siempre acontecimientos que te necesitan al 100%.
Me llama la atención que siempre en cadena y por periodos... o te pasa de todo, o no te pasa nada (nada aparte de lo habitual). O es al máximo o es lo normal. Nunca va con términos medios... y siempre va en cadena.
A pesar de todo lo que pueda ocurrir, me agrada el vértigo. Me agrada el vértigo y me agrada correr. Me agradan los problemas también -no crearlos, sí enfrentarlos-. Empezar donde no hay nada más que terminar lo hecho.
Todo eso te llena de sensaciones y te da cuenta de la existencia de cada una de las partes que te componen. Afloran todas las emociones, puntos fuertes y carencias que alguna vez dejaste por ahí guardadas -carencias también... y de todo tipo-. Con lo cotidiano sólo te percibes como un todo estable y armónico. El vértigo te da cuenta de cada una de tus células, de su funcionamiento individual adaptable y del conjunto armónico.
Puede que agote cuando por decisión propia lo transformas en tu fiel compañero, puede que canse y te alejes. Pero la adicción persiste.
El vértigo la lleva.
Me llama la atención que siempre en cadena y por periodos... o te pasa de todo, o no te pasa nada (nada aparte de lo habitual). O es al máximo o es lo normal. Nunca va con términos medios... y siempre va en cadena.
A pesar de todo lo que pueda ocurrir, me agrada el vértigo. Me agrada el vértigo y me agrada correr. Me agradan los problemas también -no crearlos, sí enfrentarlos-. Empezar donde no hay nada más que terminar lo hecho.
Todo eso te llena de sensaciones y te da cuenta de la existencia de cada una de las partes que te componen. Afloran todas las emociones, puntos fuertes y carencias que alguna vez dejaste por ahí guardadas -carencias también... y de todo tipo-. Con lo cotidiano sólo te percibes como un todo estable y armónico. El vértigo te da cuenta de cada una de tus células, de su funcionamiento individual adaptable y del conjunto armónico.
Puede que agote cuando por decisión propia lo transformas en tu fiel compañero, puede que canse y te alejes. Pero la adicción persiste.
El vértigo la lleva.
escrito a las 5/19/2005 02:55:00 p. m.
3 Comments:
No sé si el vértigo para mi, pero sí el movimiento. Esa debe ser una de mis obsesiones vitales. Desde el no hacer ejercicio puertas adentro y preferir los deportes "traslacionales", hasta no disfrutar mucho las reuniones sociales si se parece demasiado a alguna previa. El movimiento es lo que te da noción del espacio y del tiempo, por ende de tu existencia, de tu vida, de tu individualidad y de tu interacción. Detesto el atontamiento, la inconciencia, el esconderse...está bien uno tiene que tener remansos de quietud, de confort, de paz, de afecto, pero tu vida no puede ser un remanso, tiene que ser movimiento, tiene que llevarte a algún lado. Si hay algo a lo que le tengo fobia es al dar vueltas en círculos.
Eso...fue como a borbotones, pero es lo que hay
Hmmm. Así como lo enfocas, el movimiento vendría a ser una relación de tú con tu entorno. De tu interacción con el medio en tu calidad ente social poseedor de tu propia individualidad. Con vértigo me estaría refiriendo a la relación de yo conmigo a consecuencia del movimiento, del escenario en movimiento. Vendría siendo como el efecto de la adrenalina quizás... :)
No, el movimiento también es una cosa interior...Más aún, debe ser en primer lugar interior. Necesito sentir que estoy en busca, avanzando...vivo en suma. No me gusta la quietud, me gusta ver posibilidades, caminos, tomar unos u otros, en fin...estar activo. No es sólo una interacción con el medio, pues todos sabemos a estas alturas que una buena forma de olvidarse de uno mismo es focalizarse en ser "el hueon movido"
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